16 noviembre 2014

Y México se tronchó

Hoy México vive uno de los momentos más álgidos de los últimos años superando incluso a la crisis social y al descontento generalizado que caracterizó el sexenio del ex-presidente de derecha Felipe Calderón. La irrupción del cuerpo de granaderos del Distrito Federal en las instalaciones de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México a raíz del penoso incidente de las indagatorias de un dichoso celular donde un estudiante recibió una bala en la pierna por parte de un agente del ministerio público que supuestamente disparó al aire en varias ocasiones, ha generado el descontento y el repudio de gran parte de la comunidad universitaria.


La reacción desmedida por parte del jefe de gobierno del Distrito Federal de izquierda Miguel Ángel Mancera es bastante cuestionable y deja la duda de si es un títere más dentro de la jerarquía de poder que gobierna este país que tiene al priísta Enrique Peña Nieto en el escalón más alto de la pirámide.


No sé de donde partió exactamente la idea de buscar un nuevo enemigo para el país, si fue desde la cúpula priísta, desde la panista o incluso desde la perredista, pero no me queda duda que llevan varias años fraguando la idea de que son varios grupos de jóvenes anarquistas los que quieren sumir a este país en un total caos social de ingobernabilidad.  He visto también como se ha usado a los medios para desprestigiar y demonizar a este grupo de jóvenes que tienen una idea que es fácil que genere miedo en una sociedad adoctrinada a respetar las instituciones y a los valores más “sagrados” del país como son el himno, la bandera, la historia  o la imagen de sus “grandes gobernantes”.


En una sociedad como la nuestra que se dice “democrática”, es cuando menos curioso observar que la voz de la gente que cree en el anarquismo quiera ser silenciada y satanizada tan decisivamente. Queda en evidencia que el aparato democrático mexicano no tolera ni tolerará lo que potencialmente pueda ser una amenaza a la perpetuación de la mediocre clase política que tenemos y de su rancia y simulada partidocracia. 

No me considero anarquista, pero no se necesita serlo para darse cuenta de lo podrido que está el sistema. A día de hoy no vemos respuesta a la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, y el escándalo de la casa blanca de Angélica Rivera, pareja del presidente Peña Nieto, solo ha ido escalando conforme van saliendo más datos sobre el dudoso origen y los conflictos de interés con una de las empresas que participaron en la licitación del tren rápido México-Querétaro. 

Hoy, voluntaria o involuntariamente, el liderazgo de Peña Nieto al frente de esta país está en sus horas más bajas en lo que va del sexenio. Provocar a los jóvenes (normalistas, del Instituto Politécnico Nacional, de la Universidad Autónoma de México y de la Universidad Nacional Autónoma de México) puede ser el más grande error de su carrera política pues se les unirán más y de todo el país, y no van a ser tan condescendientes ni tan apáticos como el resto de la sociedad lo ha sido hasta el momento.

Estamos muy cansados no solamente del PRI y de Peña Nieto, estamos cansados de gran parte de la “clase política” del país y ya no importa ni de qué partido sean porque nos han demostrado con los años que todos son iguales. #YaMeCansé de “políticos” que crean que la política es una vocación y no un servicio público. #YaMeCansé del sexismo, del racismo, del clasismo, de la homofobia y de la soberbia de nuestros políticos. #YaMeCansé de esperar a que este país cambie solo. #YaMeCansé de ver cómo los narcopolíticos gobiernan este país. Y como dice el periodista deportivo español Alfredo Duro: Me troncho, me troncho, me tronché!